Guía de meditación para principiantes

“¿Que puede haber de más urgente que conocerte a ti mismo?” Laura Vilela

# Guía para meditar: Pasos para principiantes

La meditación es una herramienta poderosa para encontrar calma, claridad y equilibrio en la vida diaria. Sin embargo, para quienes inician en esta práctica, puede ser desafiante saber por dónde empezar. En esta guía, te llevaré paso a paso por un proceso sencillo y efectivo para que puedas comenzar a meditar con confianza.

1. Encuentra una postura cómoda

La postura es clave para la meditación. Lo ideal es sentarse con la columna recta para facilitar la respiración y la concentración. Puedes elegir entre:

- Postura de loto o semiloto (si tienes flexibilidad en las piernas).

- Postura fácil (piernas cruzadas de manera natural).

- En una silla (manteniendo los pies apoyados en el suelo y la espalda recta sin apoyarla completamente en el respaldo).

Si estás incómodo, usa un cojín o una manta doblada bajo las caderas para elevar la pelvis y aliviar la presión en la espalda baja. Si sentarte en el suelo no es una opción para ti, una silla es totalmente válida siempre que mantengas la espalda erguida y una postura relajada pero estable.

2. No muevas el cuerpo

Mantén la inmovilidad durante toda la práctica. Si sientes incomodidad, obsérvala sin reaccionar. Con el tiempo, aprenderás a permanecer en quietud sin esfuerzo.

3. Observa tu cuerpo por unos instantes

Cierra los ojos y lleva tu atención al cuerpo. Escanea mentalmente desde la cabeza hasta los pies, notando cualquier tensión o incomodidad. No intentes cambiar nada, solo observa.

Siente la estabilidad de tu postura y la conexión con el suelo. Esto te ayuda a anclarte en el momento presente.

4. Observa tu mente sin juicio

Antes de intentar calmarla, dedica unos momentos a simplemente observar tu mente. Nota los pensamientos que aparecen sin apegarte a ellos.

La meditación no consiste en detener los pensamientos, sino en aprender a observarlos sin identificarse con ellos.

5. Deja que la mente deambule por los sonidos exteriores

En lugar de luchar contra los estímulos externos, permite que tu mente se mueva libremente entre los sonidos que te rodean. Escucha el viento, los pájaros, el tráfico o cualquier otro sonido sin fijarte en ninguno en particular.

Este ejercicio te ayuda a soltar la resistencia y entrar en un estado de aceptación.

6. Lleva la atención a la respiración

Ahora, enfoca tu conciencia en la respiración. No intentes controlarla, solo obsérvala tal como es. Siente el aire entrar y salir por tu nariz, el movimiento de tu abdomen y la sensación del aire tocando tus fosas nasales.

Con el tiempo, deja que tu respiración se haga más pausada y natural.

7. Regula el ritmo de la respiración

Cuando la respiración se haya calmado, permite que la expiración dure el doble del tiempo que la inspiración. Por ejemplo:

- Inhala en 4 segundos.

- Exhala en 8 segundos.

Este ritmo estimula el sistema nervioso parasimpático, induciendo un estado de relajación profunda.

8. Haz la respiración casi imperceptible

Poco a poco, tu respiración se volverá más sutil, hasta que apenas puedas notarla. En este punto, la mente entra en un estado meditativo profundo.

9. Mantén la concentración en la respiración o en el tercer ojo

Una vez que tu mente esté más calmada, puedes elegir un punto de concentración:

- La respiración: Continúa observándola sin intervenir.

- El tercer ojo (Ajna Chakra): Lleva la atención al punto entre las cejas.

- Un símbolo o luz: Visualiza un punto de luz, el símbolo Om (ॐ) o la imagen de un maestro espiritual que te inspire.

Cada vez que la mente divague, suavemente tráela de vuelta a tu objeto de concentración.

Conclusión: La constancia es clave

La meditación es un proceso. Al principio, tu mente divagará y sentirás inquietud, pero con el tiempo se volverá más fácil. Practica todos los días, aunque sea por 5 o 10 minutos, y verás cómo mejora tu concentración, tranquilidad y bienestar general.

Empieza hoy y transforma tu vida a través de la meditación.

Laura Vilela, Sivapriya - Profesora de Yoga y Terapeuta Holística

Anterior
Anterior

8 consejos para principiantes de Yoga

Siguiente
Siguiente

Relacción entre Asanas y la Mente.